
El año del Bicentenario, caracterizado por sus desastres naturales, políticos y también sociales, nos ha dejado la idea de que finalmente somos pequeños e insignificantes. Con esta idea asumida, comienzo esta reflexión invitando a quien la lea, a compartirla con otros, a pensar respecto de lo que somos como país y cómo sociedad. Pues creo que la suma de pequeños pensamientos e intensiones, puede llevar a nuestro país a un siglo XXI digno para todos. En este sentido, lo que les quiero decir, es que no podemos dejar de observar que los desastres han dejado expuesta la herida de nuestra sociedad llamada “desigualdad social”.
Pues bien, con la idea de hacer más objetiva la reflexión, es que les cuento de las cifras del INE al respecto.
Distribución del ingreso en Chile mantiene desigualdad en últimos 10 años, según estudio del INE
Quintil más alto concentra un 51,03% del ingreso total del país, mientras que el más pobre llega a sólo 5,38%.
Distribución del ingreso en Chile mantiene desigualdad en últimos 10 años, según estudio del INE
Quintil más alto concentra un 51,03% del ingreso total del país, mientras que el más pobre llega a sólo 5,38%.
Aunque disminuye la brecha de ingresos del país, los resultados de la Encuesta de Presupuestos Familiares (EPF) realizada por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), 2008, donde se muestran los cambios de consumo de los hogares del país, continuó dando cuenta de una amplia brecha entre los sectores más acomodados y desposeídos del país.
De esta manera, la entidad informó que a nivel nacional, los hogares del quintil más rico del país concentran el 51,03% del ingreso total, con un ingreso promedio mensual por hogar de $1.681.182, cifra 9,5 veces superior al quintil más pobre, que percibe mensualmente $177.041. Los hogares de este último quintil representan el 5,38% del ingreso total.
Por primera vez, INE realizó la EPF no sólo en el Gran Santiago, como en años anteriores, sino en todas las capitales regionales y sus zonas conurbadas, obteniendo resultados que reflejan las tendencias de gasto e ingreso de todo el país. Se entrevistaron a personas en 10.092 hogares que representan directamente a 2.650.757 de hogares.
Según el INE, "a pesar de estas diferencias, al comparar con la Encuesta anterior de 1997 las brechas en el ingreso del Gran Santiago entre los cuatro primeros quintiles y el quintil más rico se reducen en todos los casos. El quintil más rico disminuye su participación del ingreso total en 1,5 puntos porcentuales, mientras que el quintil más pobre aumenta 0,18 puntos porcentuales".
Al analizar el gasto de los hogares encuestados, el estudio dio cuenta que en el Gran Santiago, con la excepción del quintil de mayores ingresos, todos los restantes quintiles gastan más de lo que perciben como ingresos. En promedio el quintil más rico gasta $ 1.641.997 ($210.188 menos del ingreso) al contrario del quintil más pobre, que tiene un gasto familiar promedio de $327.219 ($136.181 más de lo que gana mensualmente).
En promedio, el ingreso mensual es de $713.577 mientras el gasto mensual es de $739.960, lo que indica que los hogares gastan $26.383 más de lo que perciben. Estas cifras se obtuvieron por primera vez a nivel nacional, registrando un ingreso promedio mensual de los hogares $658.858, pero gastan $681.767 mes a mes.
"Como ya lo habían mostrado los resultados preliminares, en el Gran Santiago el principal gasto de los hogares está destinado principalmente a Transporte y Comunicaciones (22,3%), seguido por Alimentos y Bebidas (22,1%) y por Vivienda (14,2%). Por primera vez, en relación a las encuestas anteriores del Gran Santiago, el grupo Alimentos y bebidas no ocupa el primer lugar, como tampoco lo hace en el resultado nacional, lo que indica un gran cambio en la pauta de consumo de los chilenos", dijo el INE.
Asimismo, por quintiles, el grupo de mayores ingresos concentra mayoritariamente (24,5%) su gasto familiar en Transporte y Comunicaciones mientras que en el de menores ingresos lo destina principalmente a Alimentos y Bebidas (37,5%).
Ambos grupos mantienen una importancia en todos los quintiles con comportamientos inversos considerando la estructura del gasto, al avanzar del quintil 1 al 5, Alimentos y Bebidas disminuye su porcentaje de participación en el gasto de los hogares de 37,5% -equivalente a $122.592 mensuales- a 15,6% – que se traducen en $239.096-, mientras que por el contrario Transporte y Comunicaciones va en aumento de 14,6% -que significa gastar $47.906- a 24,5% -que implican $402.186, cifra 7,4 veces superior al del quintil más pobre.
Fuente, INE marzo de 2010 con datos anteriores al terremoto.
Todos somos parte de esta ¡¡ locura ¡!, y digo locura, porque al final resulta que una buena parte de chilenos, trabaja y gasta principalmente el fruto de su trabajo, en el traslado al mismo trabajo. Sin considerar que además, somos uno de los países que más horas trabaja, con bajos niveles de productividad –dicen ¡¡-.
Es altamente probable, que la mitad viaje a sus casas sumergidos en sus MP3(4) escuchando las canciones que les permiten soñar, cual máquinas melancólicas de soledad y angustia. La otra mitad viaja intentando comunicarse con los que ama, … las madres, organizando algo de comer –por teléfono¡-, hablando los novios y novias, o bien, conectados a través de la red social que nos muestra lo que los otros quieren que veamos de ellos. Sin tocarnos ¡¡¡.
Dónde está la familia, los parques, los asados con los amigos, los paseos a la playa, la buena música, ... todos bienes superiores, que han pasado a ser un deleite, sólo para unos cuantos.
Creo que en nuestra pequeñez especialmente en esta navidad, podemos hacer el esfuerzo por reasignar nuestros tiempos, por interesarnos en cómo está el que camina al lado mío, … hacernos el tiempo para escuchar villancicos, para decirles a los que amamos, que realmente los “amamos”,… y creo que podemos difundir la idea, de que lo que realmente esperamos es que esta noche buena sea una “Pascua Feliz Para Todos”.
Y para el año 2011, .. haré mi propio compromiso de “entrega” para con los que pueda ayudar, y los invito a todos y cada uno, a hacer lo mismo.
Es fácil ser “solidarios” cuando se está en el quintil más rico, … lo difícil es ser solidarios, cuando estamos en el tercer quintil, y aún así gastamos más de lo que ganamos. Renunciar a esa forma de vida, constituye un aporte,.. si lo hace uno, y se suma otro, .. también se podrá tener una sociedad más digna para todos.
Podemos siempre recordar que entregar amor, es gratis: “para todo lo demás, existe VISA”.
Comparte este pensamiento con tus amigos, y verás como generamos una cadena de amor que permita que de lo pequeño surja algo grande. Una gran sociedad en valores, en principios, y en grandeza espiritual.
No puedo dejar de decirles, que mi pensamiento es un tanto interesado, para ser honesta. Pues sin querer ser alarmista, quiero decirles que de mantener esta diferencia social, esta forma de vivir; no hacemos más que acumular la tensión que ninguna sociedad quisiera. La tensión social, mal manejada nos puede llevar a un desastre de magnitudes, y es posible que mi excesiva sensibilidad me lleve a auspiciar el desenlace con claridad. Confío que con la promoción de estas ideas, podremos impedir algo más profundo y trascendente para nuestro llamado Chile.
Claudia Valdés Muñoz
cvaldesm@uc.cl
Hola Claudia
ResponderEliminarEfectivamente cuando se regala todo sirve y es útil, fue grato ir al hogar en Peñalolén, pero igual me queda una sensación de vacío, la peor forma de violencia es lo que cualifica la pobreza: desprecio, maltrato e inequidad que van amputando progresiva e irreversiblemente las habilidades y cualidades de las personas, pues ni siquiera al nacer somos iguales, y esas diferencias se incrementan con los años, y hoy sabemos que un hogar sin lectura determina el desarrollo intelectual de los niños que allí se forman, un hogar con padres violentos incide en la repetición de esas conductas, un hogar en situación de pobreza (odioso eufemismo) carece de recursos para detectar tempranamente "necesidades especiales " (más eufemismos), el amor sivre y mucho, pero es incompleto e insuficiente sin herramientas profesionales, sin terapias de especialistas, sin medicaciones oportunas cuando son necesarias, indispensable.
Quiero ayudar y quiero participar, en bingos con los niños puede ser, pero quiero invertir horas de mi tiempo en desarrollar en algo esas habilidades y potenciales cercenados por la violencia de la pobreza.
Acepto tu invitación, ¿cómo lo hacemos?
Miguel García, papá de Felipe.