
Dedicado a Don Fernando Ossa, profesor PUC
Bueno, les tengo que contar que este libro, verdadera biblia de los estudiantes de economía de la PUC; me lo sabía de memoria en la época de estudiantes.
Recuerdo el momento, en que compré el ejemplar que hoy viste una pequeña biblioteca que tenemos en casa. De la 4ta edición de 1989.
Cuando logré tener esta edición, después de haber hecho muchas clases particulares para reunir lo suficiente. Bueno, después de obtenerla, lo lei una y otra vez, tratando de asimilar cada página como si se tratara de un libro mágico que me daría aquello que no logré encontrar en Smith. Tal vez entre cada línea, estaría la respuesta a la gran pregunta que me movía. ¿Cómo es que existe una ecuación para el "bienestar"?.
Bueno, con los años ocurrió algo muy inesperado. Al principio, siempre era capaz de remitir toda la vida social y la vida económica, a las distintas páginas de mi libro. En ocasiones, pensaba que Ossa me hablaba al oido, soplándome el movimiento de las variables, lo que me permitía visualizar lo que pasaría con las variables macro, cada vez que ocurría un shock interno y externo, también.
En especial, recuerdo bien que conocía el detalle de cada capítulo, y las curvas de cada gráfico. Reproducía los dibujos en mis cuadernos, una y otra vez, y los pintaba con colores muy definidos, verdaderamente impecables.
Hace poco, y especialmente a raíz de lo preocupada que estoy por esta imagen país, que está movilizando al mundo, combinada con un tipo de cambio llamativo, adecuados aranceles, y un riesgo país increible; con todo, me pregunto si podremos administrar internamente el ingreso de dólares por sobre los necesarios para el equilibrio interno. La preocupación esta en que todo desajuste, se paga.
Con estas ideas en mi cabeza, en medio del stress cotidiano, pensé en mi libro, y me dí cuenta que habían capítulos que había olvidado. Mi primera reacción fue ir a la farmacia a comprarme un tratamiento contra las arrugas,... parecerá muy torpe mi reacción, pero fue lo primero que se me ocurrió si la idea era asumir que el tiempo deja huellas.
Hasta que decidí mejor, volver a mi libro ... lo encontré en el lugar donde ha estado siempre. Última fila, lado derecho, y un poco empolvado. Al abrirlo, reconocí las delicadas líneas con lápiz mina que hice, después de largas horas de estudio.
Hoy terminé mi primer capítulo, ... el más básico de todos. .. Y, me siento muy bien.
Tal vez ahora, que lo leeré por n'vez, logre comprender "La Riqueza de las Naciones"
Les cuento cuando lo termine....
Claudia Valdés Muñoz
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